Simposio CADIBSA en el XXIII Congreso Argentino de Nutrición
CADIBSA participó de un simposio sobre innovación en bebidas y aditivos alimentarios.
- Bajó el consumo de azúcares y de calorías desde el año 2000.
- Evaluación y seguridad de los aditivos alimentarios como edulcorantes y colorantes.
- La preferencia por lo dulce y la supervivencia.
La Cámara Argentina de la Industria de Bebidas Sin Alcohol (CADIBSA) participó en el XXIII Congreso Argentino de Nutrición, organizado por la Sociedad Argentina de Nutrición (SAN) en el que presentó el simposio sobre “Innovación en el desarrollo de bebidas: el rol y la seguridad de los aditivos alimentarios”, que contó con referentes nacionales e internacionales en la materia.
El panel, que disertó en el Hotel Hilton de Puerto Madero este viernes, contó con la directora ejecutiva de CADIBSA, Florencia Canzonieri; Santiago López Jaramillo, director para Latinoamérica y el Caribe de la International Council of Beverages Associations (ICBA); y Laura Miranda, coordinadora regional para la International Sweeteners Association (ISA).
También participaron la doctora Susana Socolovsky, presidente electa de la Asociación Latinoamericana y del Caribe de Ciencia y Tecnología de Alimentos (ALACCTA) y titular saliente de la Asociación Argentina de Tecnólogos Alimentarios (AATA); Sofía Vargha, magister en Ciencia y Tecnología de Alimentos y docente de la Universidad de la República del Uruguay; y la licenciada Diana Kabbache, integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición.
López Jaramillo presentó un estudio que indica que entre 2000 y 2020, bajó el consumo de azúcar en la región y agregó que, incluso, también aumentó la preferencia por las bebidas bajas o sin calorías.
En ese sentido, mencionó que para la nutrición, “buscamos reducir el consumo de calorías y azúcar, extendiendo este mensaje a todas las organizaciones”.
“Analizamos el 75 por ciento de cada bebida que se consume en la región y comprobamos que entre 2000 y 2020, las bebidas redujeron en un 18,6 % el azúcar y el 15,6 % de calorías”, ejemplificó el disertador colombiano.
Además, indicó que hubo una transformación en el consumo: en 2000 era del 7,7% de gaseosas bajas en calorías, mientras que en 2020 llegó al 23,8 %.
Por su parte, la mexicana Miranda afirmó que los edulcorantes se encuentran entre los ingredientes más estudiados del mundo. Además, destacó que diversos organismos reguladores mundiales confirman su seguridad, “basándose en evidencia científica”.
En este sentido, enfatizó la importancia de “garantizar que la seguridad y el papel que tienen los edulcorantes sean reconocidos como parte de una política pública y asegurar un enfoque no discriminatorio”. Para lograrlo, según señaló: “trabajamos de cerca con formuladores de políticas públicas”.
Socolovsky abordó la seguridad de los aditivos alimentarios, explicando que “la ingesta diaria admisible (IDA) es la cantidad diaria en miligramos por kilo corporal que puede consumirse durante toda la vida sin riesgo alguno, y añadió que no representa el umbral entre la inocuidad y riesgo, dado el alto nivel de seguridad de los estudios”.
En el caso de aditivos con IDA no especificada, “una persona puede ingerir estos aditivos durante toda su vida sin riesgo para la salud, por lo que no se considera necesario asignar un valor numérico a la ingesta diaria admisible. El Codex Alimentarius establece una dosis máxima de uso para cada aditivo, lo que previene el uso excesivo, ya que exceder estas dosis haría los productos inaceptables al paladar, como en el caso del ácido cítrico”, ejemplificó.
En cuanto al etiquetado frontal, Socolovsky sostuvo que “el Codex sólo indica que deben indicarse a los nutrientes de consideración en salud pública y específicamente indica que no deben hacerse indicaciones sobre aditivos como los edulcorantes no nutritivos”, y resaltó que “las etiquetas deben permitir la comparación con alimentos de la misma categoría”.
Respecto a los colorantes artificiales, que el gobierno de los Estados Unidos impulsa reemplazar por los naturales, Socolovsky mencionó que están aprobados por la FDA y listados en el Codex.
El “amarillo ocaso”, por ejemplo, “es utilizado en el 40% de los 5000 productos que usan colorantes artificiales en Argentina, aunque el consumo en el país no alcanza ni la mitad del nivel máximo permitido por el Codex”.
Finalmente, Socolovsky aconsejó no buscar noticias sobre estos temas en internet, ya que solo se obtendrá información que confirme el sesgo inicial de la búsqueda.
La científica uruguaya Sofía Vargha explicó que la preferencia humana por el sabor dulce es innata, y que “los recién nacidos rechazan los sabores amargos o ácidos”.
“Esto se debe a una cuestión de supervivencia y evolución, ya que la capacidad de detectar sabores dulces ofrecía una ventaja adaptativa al identificar fuentes de energía rápidas y densas. Además, el sabor dulce suele indicar que los alimentos de origen vegetal son comestibles, a diferencia del amargor, que puede señalar toxicidad”, indicó.
Asimismo, agregó que “aunque la preferencia por lo dulce es innata, también es moldeada por factores sociales, como la dieta familiar y las preferencias de los padres”.
“El dulce también se asocia a recompensas, celebraciones y momentos de felicidad”, apuntó, aunque destacó la existencia de un informe de la Sociedad de Nutrición de los Estados Unidos que reveló que “la exposición al sabor dulce tiende a reducir su preferencia posterior en el corto plazo”.
En la introducción del panel, la directora ejecutiva de Cadibsa destacó que “el sector ha estado trabajando en la reducción del azúcar, ofreciendo opciones bajas o sin calorías”.
“Esta tendencia a la reducción no es solo a nivel nacional, sino también regional y mundial”, indicó.
Al cerrar, Diana Kabbache, licenciada en Nutrición de la Universidad de Buenos Aires e integrante de la Sociedad Argentina de Nutrición, sostuvo que “los nutricionistas tenemos el deber y la responsabilidad de conocer las herramientas del medio con bases científicas y no con información sin fundamento”.
“De esta manera, podemos intervenir adecuadamente y hacer educación en la verdad comprobada”, sentenció.
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Acerca de CADIBSA
La Cámara Argentina de la Industria de Bebidas sin Alcohol (CADIBSA) es la organización que nuclea y representa, en el país, a las empresas productoras de gaseosas, aguas con y sin gas, aguas saborizadas, jugos, isotónicos y energizantes.
Su objetivo central es representar a la industria de las bebidas sin alcohol, contribuir a su desarrollo en la Argentina, y complementariamente, colaborar con el crecimiento de la economía nacional desde la actividad empresarial.
La cadena de valor de la industria de bebidas sin alcohol tiene como primer eslabón a los productores agropecuarios de 12 provincias, e incluye además de los proveedores de insumos a los canales de venta como supermercados, almacenes, autoservicios y kioscos.
Por más información pueden ingresar a https://www.cadibsa.org.ar/